El Gobierno andaluz ha declarado de Interés General para la comunidad autónoma una serie de proyectos hidráulicos en la provincia de Sevilla con el objetivo de garantizar el suministro de agua depurada a zonas agrícolas vulnerables ante la escasez hídrica. Esta medida busca proteger la economía de comarcas rurales profundamente ligadas al sector agrícola y asegurar su desarrollo sostenible, incluso en episodios de sequía prolongada.
Los proyectos, promovidos por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural dentro del Plan Parra, fueron aprobados por el Consejo de Gobierno el pasado 26 de marzo. Estas actuaciones fomentan el uso de aguas regeneradas en explotaciones agrícolas situadas dentro de la demarcación hidrográfica del Guadalquivir, que es competencia del Estado. No obstante, es el Gobierno andaluz quien ha tomado la iniciativa ante la necesidad urgente de alternativas hídricas eficaces para el regadío.
Seis municipios beneficiados en una primera fase
En esta primera línea de acción, podrán acogerse los regantes de Arahal, Carmona, Osuna, Pedrera, Herrera y Fuentes de Andalucía, todos ellos con una fuerte dependencia del agua para su actividad agraria. Aunque actualmente carecen de infraestructuras para el uso de aguas depuradas, ya cuentan con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para desarrollarlas.
“El objetivo es poner en marcha los tratamientos necesarios en aquellas depuradoras que puedan producir aguas regeneradas e impulsar las conducciones que conecten estas instalaciones con las fincas agrícolas”, ha detallado Isabel Solís, delegada territorial de Agricultura en Sevilla, durante una reunión con regantes de Arahal y Osuna.
Solís ha señalado que estos son los primeros pasos de un conjunto más amplio de intervenciones, diseñadas para fortalecer la disponibilidad de recursos hídricos en la provincia. “Contribuimos así a la sostenibilidad del campo sevillano y a un futuro más seguro para nuestros agricultores”, ha enfatizado.
Arahal y Osuna: primeros proyectos en marcha
Uno de los núcleos destacados de esta estrategia es el municipio de Arahal, donde la Comunidad de Regantes de Aguas de Arahal, integrada por 111 comuneros y 257 parcelas, será una de las primeras beneficiarias. La extensión total de las parcelas asciende a unas 450 hectáreas, que dependen del agua para el desarrollo de cultivos herbáceos y leñosos.
“Es fundamental que estas explotaciones dispongan de recursos alternativos. El agua regenerada es una solución real y viable, sobre todo en un contexto de sequía persistente como el que atravesamos”, ha subrayado Solís. Además, la delegada territorial ha ofrecido el respaldo técnico de la Delegación para acompañar tanto al Ayuntamiento de Arahal como a los propios regantes en los trámites administrativos.
Estas actuaciones se financiarán con fondos europeos del Feader (Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural) y se enmarcan en el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2022 y el Plan Estratégico de la PAC (PEPAC) 2023-2027.
Por su parte, en Osuna, la comunidad de regantes está conformada por 90 agricultores agrupados en la cooperativa Santa Teresa. La aprobación del Plan Parra ha sido recibida con optimismo, ya que permitirá garantizar el agua incluso en años secos. “Estas obras permitirán activar una fuente estable de riego que es clave para nuestra viabilidad económica”, han manifestado representantes de la cooperativa.
Una estrategia global contra la escasez hídrica
Estas primeras actuaciones forman parte de una estrategia más amplia del Gobierno de Juanma Moreno, enfocada en una planificación hidráulica que refuerce la resiliencia del campo andaluz ante el cambio climático. “Andalucía no puede permitirse perder su potencial agrícola por falta de recursos. La Junta actuará siempre, incluso ante la inacción del Estado, que sigue siendo competente en la cuenca del Guadalquivir”, ha remarcado Solís.
El uso de agua regenerada se ha convertido en uno de los pilares del nuevo modelo de gestión hídrica que impulsa el Ejecutivo autonómico. El aumento de la reutilización de aguas depuradas no solo permite asegurar el abastecimiento, sino que contribuye a una gestión más sostenible del ciclo del agua. Este enfoque cobra especial relevancia en provincias como Sevilla, donde el estrés hídrico es cada vez más acusado.
El compromiso del Gobierno andaluz con el desarrollo agrario se traduce en proyectos concretos, financiación estructural y acompañamiento institucional, tanto técnico como administrativo. Desde la Consejería, se ha reiterado que estas medidas responden a una planificación basada en datos, estudios de viabilidad y colaboración público-privada.
Coordinación con las comunidades de regantes
Uno de los aspectos más destacados del Plan Parra es su enfoque participativo. Las actuaciones se diseñan de manera coordinada con las comunidades de regantes, quienes trasladan sus necesidades reales sobre el terreno. Esta colaboración permite adaptar los proyectos a la realidad local y asegurar su eficacia.
“El trabajo conjunto con las comunidades es clave. Ellos conocen las limitaciones, pero también las oportunidades que ofrece cada zona”, ha explicado Isabel Solís.
Además, desde la Delegación Territorial se ha puesto en marcha un servicio de asesoramiento específico para facilitar el acceso a las ayudas, la presentación de proyectos y el cumplimiento de los requisitos técnicos y legales. Esta labor de acompañamiento es especialmente importante para los pequeños agricultores, que muchas veces carecen de recursos propios para abordar proyectos complejos de ingeniería hídrica.
La iniciativa refuerza el papel de Andalucía como territorio líder en políticas de innovación hídrica. Frente a un contexto de incertidumbre climática, el Ejecutivo autonómico prioriza las inversiones que aporten seguridad, sostenibilidad y valor añadido al sector primario.
“El futuro del campo andaluz depende de su capacidad para adaptarse. La reutilización de agua depurada es una de las soluciones más eficaces y viables, y en Andalucía estamos decididos a liderar esa transición”, concluye Solís.