• Los socialistas andaluces han claudicado a los deseos personales de su secretario general para mantenerse en el poder en lugar de defender los intereses de nuestra comunidad.

• Si Espadas tiene algún respeto por los andaluces, que inste a Sánchez a convocar a los españoles a las urnas.

• El PP mantiene sus principios y no permitirá que Andalucía quede relegada como una comunidad de segunda, tal y como está pactando el PSOE con Puigdemont y el resto de partidos independentistas.

 

El Partido Popular de Andalucía quiere mostrar su malestar por la actitud que está demostrando el PSOE-A, que ha escenificado su apoyo incondicional a Pedro Sánchez para que negocie una amnistía con el prófugo Puigdemont, además de una serie de prebendas económicas que supondrán un perjuicio inequívoco para Andalucía, sólo porque necesita un puñado de votos para mantenerse en el poder.

Con este posicionamiento, los socialistas andaluces ratifican su traición al pueblo andaluz, que merece tener los mismos derechos y obligaciones que el resto de ciudadanos españoles, tal y como recoge la Constitución y el Estatuto de Autonomía.

Resulta insólito comprobar cómo un partido que siempre ha presumido de reivindicar a Andalucía se somete ahora a los deseos personales de Sánchez y deja a un lado su propio ideario, olvidándose incluso de sus militantes, renegando de sus dirigentes históricos y engañando a todos aquellos ciudadanos que, de buena fe, les votaron el pasado 23 de julio sin saber que su programa electoral escondía una amnistía que no cabe en la Constitución.

El PSOE ha iniciado una consulta a sus bases para que se pronuncien sobre un pacto de gobierno con Sumar -un acuerdo que es papel mojado-, pero no se ha atrevido a preguntar abiertamente por la amnistía. Una trampa ante la que muchos dirigentes del PSOE andaluz se están rebelando y dicen ya públicamente que votarán NO a la amnistía, NO a la desigualdad entre territorios y NO a la deriva disparatada a la que Sánchez y Espadas están llevando a España y a su propio partido.

Si Espadas respeta mínimamente a las andaluzas y andaluces, lo que debería proponer a su partido son unas elecciones, en la que los ciudadanos se pronuncien sobre si están de acuerdo con la amnistía, el referéndum de autodeterminación, el pacto con Bildu y el perdón que también planea el PSOE para los socialistas condenados por los ERE. Sin embargo, ha optado por el seguidismo a Sánchez, por estar más cercano a los delincuentes que a las necesidades de la gente y por engañar a los españoles.

Espadas ha sobrepasado todos los límites. Su aplauso y el de toda la delegación andaluza del PSOE el pasado sábado ante Sánchez fue un gran acto de traición a Andalucía, porque saben que las concesiones al separatismo harán que esta comunidad autónoma tenga menos recursos y menos financiación para ofrecer los servicios públicos que las andaluzas y los andaluces merecen.

Y eso es sólo el principio, porque los acuerdos económicos que los independentistas están poniendo sobre la mesa y que el PSOE parece que acepta, supondrán un retroceso en las posibilidades de crecimiento de Andalucía, una circunstancia que a Espadas no le preocupa lo más mínimo.

Los socialistas andaluces tendrán que explicar además su respaldo a que un alto cargo del partido se reúna con un huido de la justicia española como Puigdemont para negociar su amnistía, un encuentro que tuvo lugar en un despacho presidido por la foto de una de las urnas en las que se consumó el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Que el PSOE se preste a estar en esa imagen es vergonzoso, un menosprecio a los ciudadanos y la certificación de que ha dejado de ser un partido de Estado para ser una organización al servicio de los intereses personales de Sánchez.

El PP de Andalucía seguirá defendiendo a esta tierra por encima de intereses partidistas y sin renunciar a sus principios. Lo hará desde las instituciones y desde la calle, porque no estamos dispuestos a tolerar el ninguneo al que el PSOE quiere someter a las andaluzas y andaluces de la mano de sus socios de Sumar y de partidos independentistas que ya han demostrado que no les interesan las necesidades de quienes viven en la comunidad autónoma más poblada de España, que es Andalucía.