Andalucía se consolida como una de las comunidades autónomas con mayor eficacia en la ejecución de sus presupuestos públicos, gracias a un modelo de gestión orientado al aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles. En este contexto, el Gobierno andaluz ha priorizado áreas clave como sanidad, educación y políticas sociales, pero también ha apostado con fuerza por el desarrollo y modernización de las infraestructuras hídricas en Andalucía, una de las líneas estratégicas más destacadas.
Este enfoque no solo refuerza los servicios esenciales, sino que sitúa a la comunidad a la vanguardia en la planificación y ejecución de inversiones sostenibles, en especial aquellas relacionadas con el agua, un recurso cada vez más escaso en el sur de Europa.
Infraestructuras hídricas en Andalucía: un salto sin precedentes en inversión
La inversión en infraestructuras hídricas en Andalucía ha registrado una evolución notable en los últimos años. La ejecución de recursos procedentes del Canon de Mejora se ha multiplicado por diez respecto a ejercicios anteriores, pasando de apenas 28 millones de euros a más de 280 millones en solo seis años.
Esta evolución representa un incremento superior al 900% en el esfuerzo inversor, reflejo del compromiso firme del Gobierno andaluz con la sostenibilidad hídrica y la adaptación al cambio climático. Las actuaciones han incluido mejoras en redes de abastecimiento, sistemas de depuración, infraestructuras de saneamiento y proyectos de eficiencia hídrica en todos los territorios.
“El objetivo es garantizar el agua no solo como necesidad básica, sino como motor de desarrollo para la agricultura, la industria y el turismo”, han señalado fuentes del Ejecutivo autonómico. Esta estrategia responde, además, a un enfoque estructural frente a los ciclos de sequía, mediante inversiones planificadas y sostenibles.
Una gestión presupuestaria centrada en resultados
El modelo andaluz de gestión financiera se basa en un principio clave: cada euro del presupuesto debe traducirse en mejoras reales para la ciudadanía. Con esta filosofía, la comunidad ha alcanzado en varias ocasiones niveles de ejecución presupuestaria superiores al 98%, un dato que destaca entre el conjunto de regiones españolas.
Este rendimiento se ha reflejado en todos los ámbitos de la administración, pero de forma muy significativa en las áreas sociales. En sanidad, educación y atención a la dependencia se han ejecutado presupuestos por encima del 95%, lo que ha permitido ampliar plantillas, reducir tiempos de espera, modernizar infraestructuras hídricas en Andalucía y reforzar las ayudas a los colectivos más vulnerables.
Planificación del agua como prioridad estratégica
El Gobierno de Andalucía ha hecho de la política hídrica uno de los pilares de su gestión. Las infraestructuras hídricas en Andalucía se abordan como una cuestión de Estado autonómico, no solo desde la emergencia, sino con una visión de futuro.
La aprobación de planes plurianuales, el uso del Canon de Mejora y la captación de fondos europeos permiten consolidar una red hidráulica moderna, resiliente y eficiente. Estas inversiones garantizan la disponibilidad de agua en el medio y largo plazo, favorecen la autosuficiencia de los municipios y reducen la dependencia de infraestructuras obsoletas.
La mejora de estas infraestructuras también tiene un fuerte impacto en la calidad ambiental y la salud pública, al asegurar un tratamiento adecuado de aguas residuales y mejorar la eficiencia de los sistemas de distribución.
Fondos europeos como palanca de transformación de las infraestructuras hídricas en Andalucía
La correcta gestión de los fondos comunitarios ha sido clave para el impulso de numerosos proyectos. Andalucía ha ejecutado prácticamente la totalidad de los programas FEDER y FSE del periodo 2014-2020, y ya trabaja en la aplicación de los recursos del nuevo marco 2021-2027, que supondrá más de 8.500 millones de euros adicionales.
Estos fondos permiten no solo abordar infraestructuras hídricas en Andalucía, sino también modernizar centros educativos, impulsar la transición energética, mejorar la movilidad sostenible y apoyar la innovación empresarial.
En paralelo, la comunidad ha sido una de las más ágiles en la activación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), que también ha contribuido a la financiación de obras hídricas estratégicas y otras actuaciones en el ámbito social, digital y económico.
Más inversión con responsabilidad: el equilibrio como sello de gestión
Otro de los puntos fuertes del modelo andaluz es su capacidad para incrementar la inversión sin comprometer la estabilidad presupuestaria. Aunque el porcentaje de ejecución en inversiones ha oscilado alrededor del 72%, en términos absolutos se ha comprometido más de un 50% más de inversión respecto a etapas anteriores.
Este aumento ha permitido materializar infraestructuras que llevaban años pendientes, como nuevos tramos de carretera, equipamientos hospitalarios, centros educativos o redes de saneamiento. El impacto es tangible en todos los rincones de Andalucía, con especial atención al ámbito rural y las zonas en riesgo de despoblación.
“Gestionar bien no es solo gastar mucho, sino gastar bien, en lo que verdaderamente mejora la vida de las personas”, sostienen desde la Consejería de Economía.
Un modelo que transforma el presente y anticipa el futuro
El caso andaluz se ha convertido en un modelo de estudio para otras regiones por su capacidad para ejecutar presupuestos con agilidad y visión estratégica. En el ámbito del agua, especialmente, la inversión en infraestructuras hídricas en Andalucía marca un punto de inflexión, al situarse como respuesta real a uno de los mayores desafíos del siglo XXI.
Infraestructuras más modernas, sostenibles y adaptadas a las necesidades del territorio andaluz permiten garantizar el abastecimiento, proteger el medio ambiente y generar empleo verde. Todo ello, desde una gestión que combina responsabilidad fiscal con ambición social y medioambiental.